sábado, diciembre 01, 2007

Felicidades a los Químicos Clínicos

En días pasados tuve el honor de ser invitado a dar unas pláticas ante un muy nutrido y ansioso grupo de Químicos Clínicos. He dado conferencias y cursos en diversos lugares, pero siempre habían sido de Medicina Veterinaria y alguna que otra de Fotografía... incluso un concierto de Órgano, pero esta experiencia me ha dejado muy satisfecho, pues mis escuchas han demostrado una vez más que los Químicos son profesionistas de la zaga más selecta: no cualquiera se anima a estudiar Química, con mayúscula y aman a su profesión con especial pasión.

No menosprecio mi carrera, pues se necesita valor para ser Veterinario, mi profesión. No cualquiera se anima a sangrar o muestrear un perro bravo o un toro salvaje. Pero se necesita valor extra para hacer el análisis y firmar por lo resulte. Eso es lo que hacen los Químicos Clínicos. Si nos enfermamos, el Médico nos revisa, da una receta y listo. ¿Firmó una hoja con su nombre impreso y su número de Cédula Profesional donde de por escrito el diagnóstico? No. Los Veterinarios tampoco lo hacemos así. Pero el Químico Clínico hace un análisis y da su diagnóstico laboratorial por escrito, firmado y sellado. Aún si son noticias terribles o que cambien la vida del paciente.

Una vez un Sicólogo dijo durante una plática: “no conozco gente más feliz que los Músicos”… yo agregaría en ese grupo a los Químicos Clínicos. Y es que yo no soy QC, pero convivo muy de cerca con ellos, ya que muchos de mis mejores amigos son Químicos Clínicos, y me dedico al noble arte del Laboratorio Clínico Veterinario… aunque en mis ratos de ocio soy Músico. Así que puedo afirmar que la gente más feliz que conozco son los Químicos Clínicos y los Músicos… y uno que otro Veterinario.

¡Felicidades, Químicos Clínicos!

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